Olga Mater

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¿CLÍNICA DE LOS AFECTOS Y DEL ACTO: UNA RESPUESTA POSIBLE A LA ÉPOCA?

 

Trabajo presentado en  la 19° JORNADA ANUAL – FUNDACION PROSAM – TRASTORNOS DE ANSIEDAD, TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO Y PATOLOGIAS DEL ACTO. 11 de noviembre de 2017

 

Mi propuesta es abordar la incidencia de los afectos, en las manifestaciones clínicas individuales, específicamente en las patologías del acto, y sus manifestaciones sociales.

A partir de una perspectiva psicoanalítica freudiana – lacaniana, comenzaré realizando una breve puntuación sobre la función de la angustia, la ansiedad y el aburrimiento en la construcción del psiquismo del sujeto del inconsciente en las neurosis.

En segundo lugar, se considerará entre la incertidumbre subjetiva neurótica estructural  y la certidumbre gozosa presente en la sintomatología de las patologías del acto.

En tercer lugar, desplegaré algunas respuestas posibles e interrogantes en cuanto a las manifestaciones clínicas y la dirección de la cura, por un lado y las manifestaciones sociales, en cuanto a la convocatoria imperativa a los desvaríos de los goces a los sujetos y a los desarreglos de la ley.

  1. En el comienzo Freud y el retorno lacaniano

“El tema del afecto es un desafío para el psicoanálisis”                                                                                                                    Colette Soler – Los afectos lacanianos

La concepción psicoanalítica del afecto es contemporánea al nacimiento del psicoanálisis. Comprometidos los afectos en la intrincada relación con las pulsiones y la angustia. Pulsiones que se manifiestan, para Freud, en dos registros: la representación y el afecto.

De este modo “los afectos son modalidades de expresión de las pulsiones que manifiestan estados internos de la vida psíquica a partir de las dos polaridades primitivas placer y displacer, y que desempeñan un papel esencial en el conjunto del funcionamiento mental y, en particular, en la organización defensiva del yo.” (1)

Freud distingue las siguientes operaciones en cuanto a los afectos (carga-quantum), que le facilita construir la primera clasificación de las neurosis: conversión, (histeria) desplazamiento (neurosis obsesiva) transformación (neurosis de angustia y melancolía) que se manifiestan mediante descargas internas. Primer tiempo de la obra freudiana en la cual la pulsión sexual se manifiesta por medio de un afecto: la angustia, y la dirección de la cura en cuanto a los síntomas es la hipnosis o por la palabra para el retorno de lo reprimido.

Posteriormente en 1915 Freud prosigue sus formulaciones sobre la angustia y señala cuatro destinos de las pulsiones en cuanto que el afecto subsista pero se transforme en lo contrario, la vuelta hacia la propia persona, se transforme el quantum de afecto en angustia o sublimación o que el afecto sea reprimido. (2)

La angustia, la ansiedad y el “martirio del aburrimiento” (3) los encontramos en Freud definidos como afectos junto al amor, la tristeza y el dolor. En 1926 en Inhibición, síntoma y angustia, subraya entre otros aspectos: 1) el valor fundacional en el psiquismo de la angustia (crea la represión) y la ansiedad; 2) las funciones del yo y su relación al narcisismo; 3) la función de la inhibición en los síntomas de las neurosis en general; 4) y en particular en las patologías del acto como en la perturbación de la función alimentaria, por inapetencia (anorexia) o por el aumento desmedido del apetito (bulimia).

  1. Lacan específicamente en el dictado del Seminario 10, sitúa a la angustia como medio entre el goce y el deseo. Retornando a Freud en cuanto al parentesco entre la angustia y la ansiedad, ubica a la ansiedad en el lugar de la angustia, en la misma función entre el goce y el deseo, dejando en suspenso, las variantes del deseo (insatisfecho, imposible o prevenido).

Señala que el “afecto no está reprimido. Esto Freud lo dice igual que yo. Está desarrumado, va a la deriva. Lo encontramos desplazado, loco, invertido, metabolizado, pero no está reprimido. Lo que está reprimido son los significantes que lo amarran” (4)

  1. Lacan ubica al aburrimiento en tanto afecto, en diferentes momentos de su enseñanza, y subraya: 1) es un afecto del deseo de Otra cosa; 2) un afecto, en el cual el significante se devalúa en signo; 3) es una respuesta del sujeto a lo irrespirable y la incandescencia: en el encuentro con el Otro; 4) que por la repetición y lo monótono, el sujeto no está apto para la sorpresa ni el asombro, y señala un beneficio secundario del padecimiento que impele al sujeto al goce; 5) en el Seminario 26 invita a exponer a Alain Didier – Weil, quien desarrolla sobre el significante del Nombre del Padre y el aburrimiento en cuanto al desgaste de la metáfora paterna. Desgaste que rompe el efecto de significación y obtura la cadena significante, y lo sorpresivo se desvanece. (5)

 

  1. Los afectos y las patologías del acto

“La pulsión es el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir”

Jacques Lacan – El Seminario 23. Clase I

Los afectos participan de la psicopatología de la vida cotidiana y en nuestros consultorios nuestros consultantes, que en ocasiones devienen analizantes, acuden, acorde a su modalidad subjetiva, angustiados, ansiosos, aburridos, tristes, dolientes, etc.

Nos relatan sus novelas neuróticas familiares y en el discurrir de sus asociaciones (metafórica y metonímicamente) el afecto se desplaza y solo puede ser leído a partir del entramado significante. El sujeto del inconsciente es efecto de la estructura del lenguaje, pero los afectos no son formaciones del inconsciente, no están reprimidos sino lo que está reprimido son los significantes que lo amarran, no hay afectos inconscientes, sino que se perciben como sentimientos, y su temporalidad es del orden de lo actual.

A partir de dos autobiografías difundidas por sus autoras, – Días sin hambre y Abzurdah –en que las protagonistas son dos jóvenes que describen en sus relatos sus historias familiares, en particular el estrago materno, la fragilidad de la función paterna, sus semejantes y amores. En ambas historias noveladas las protagonistas transitan fenómenos alimenticios anoréxicos con episodios bulímicos, y narran sobre el riesgo clínico y psíquico de relevancia que han transitado por aquellos años. Ante el desamparo subjetivo de ambas irrumpen historias de amor, pero mientras en Días sin hambre, para Laure es el doctor, en Abzurdah es Alejandro por bastante tiempo. (6)

Dos versiones amorosas pero cuyos afectos se desplazan en el discurrir de las novelas de manera singular. Mientras Laure dice que el doctor le salvó la vida, debido a su alojamiento como un Otro, en una versión amorosa del don del amor, una mirada masculina que unifica a un cuerpo fragmentado y cuyo saber médico este porta. En cambio, Alejandro a Cielo si bien al comienzo la joven se alivia,  la versión la convoca y aloja amorosamente, luego la arroja a un profundo desamparo subjetivo y de goce en lo real de su cuerpo.

El afecto constituye al sujeto como deseante, en cuanto a sus Otros como lugar de significantes, a sus semejantes, y al objeto causa del deseo: objeto a. De este modo los afectos participan en el libreto de la novela fantasmática de cada sujeto con sus Otros, que nos dan a leer, interpretar e intervenir como analistas en cada sesión de análisis y siendo singular a cada analizante en la dirección de la cura.

Laure y Cielo, son habladas por sus autoras, mientras la primera señala la incertidumbre subjetiva neurótica estructural y su apuesta amorosa nos sin laberintos gozosos, es Cielo quien denota de manera menos velada la certidumbre gozosa presente en las patologías del acto y su ofrecimiento sacrificial. Novelas neuróticas de ambas, que implican una lectura singular de los afectos y la novela fantasmática que a cada sujeto determina. El amor no siempre, aunque metafórico que suple la castración, velando la falta facilita al sujeto, de la angustia y la ansiedad virar al deseo, sino que acorde al libreto puede conducirse el sujeto a lo peor del goce mortífero. Ya que no hay dieta de la pulsión de muerte y el amor en tanto tragicómico debe, como afecto, ser leído en su devenir significante y en lo real de cada apuesta.

En palabras de Marta Gerez Ambertin “no es el amor, sino el desvarío del goce, que convoca a una añoranza del padre por el más infernal de los tormentos”, añoranza, sacrificio de amor, como don a diferencia del sacrificio como fascinación como aniquilamiento. Agrega “¿Qué puede conducir a una mujer desde los laberintos del amor a la fascinación sacrificial?, ¿pueden culpa y sacrificio, derribar las coartadas del deseo y dejarla a merced de lo peor del padre?… ¿por qué a veces el amor no alcanza para hacer condescender al goce, y una mujer no se pierde, para salvar al padre, en los (<supuestos>) meandros del amor, sino que se autoinmola?” (7)

  • Los afectos y sus manifestaciones individuales y sociales

“Los afectos están sujetos a la historia”

Colette Soler – Los afectos lacanianos

Para concluir, y junto al desafío que nos atraviesa de ser contemporáneos a la época, una clínica de las neurosis que denota junto a los desvaríos de goce individuales aspectos sociales que en estos tiempos, advertimos: para salvar a un padre así como un sujeto se autoinmola y se ofrece cual resto, socialmente las masas, en ocasiones, se ofrecen al sacrificio de sus verdugos.

Individual y socialmente se acentúan los afectos que facilitan el desamparo subjetivo y social: el odio, la venganza, la soledad.  Angustia, ansiedad y aburrimiento son signos del malestar en la cultura, al tiempo que los sujetos denotan mayor incidencia de la convocatoria imperativa gozosa, no solo es desfavorable para la subjetividad actual y por venir, sino los efectos sociales que ambas conllevan, en el sendero por los desvarios de los goces y los desarreglos de la ley.

Regresando a mi propuesta inicial que plantea un interrogante, sostengo mi hipótesis y afirmo, que nuestra clínica de los afectos y del acto es una de las respuestas a la época, en cuanto toda época tiene sus enfermedades emblemáticas, el actual exceso de positividad, en términos de Byung Chul Han “conduce a una sociedad de cansancio” (8).

Nuestra cultura no facilita las apuestas deseantes sino cada vez advertimos a más gozosas, más odio, soledad y desamparo, al tiempo que propicia, en ciertos sujetos más lábiles, caminos de excesos de ansiedad, angustia y aburrimiento, que en ocasiones derivan en fluctuaciones bulliciosas del ánimo, o pasajes al acto diversos.

Retorno en lo real en el lazo social tanto en nuestros consultorios como en las manifestaciones en general, para que sea “Des-pa-ci-to” una canción amplia y mundialmente difundida, implica la insistencia en lo real de aquello forcluído que no deja de insistir y pulsa por escribirse. En cuanto, ya que es “Ra-pi-di-to”, parafraseando a las tortillas rápidas de consumo masivo, el imperativo que nos atraviesa.

Desamparo subjetivo ante un creciente apagón del deseo, apología de lo horroroso del goce ante las metáforas devaluadas – la metáfora paterna, del amor – las vicisitudes que conducen al callejón del afecto y del desafecto tanto del aburrimiento, de la angustia, la ansiedad, etc.

¿Cuál es nuestra propuesta política como psicoanalistas ante las subjetividades que nos consultan? Política que no es otra que la del síntoma, de acuerdo con Lacan, y en la dirección de la cura.  Estar advertidos que los afectos, en tanto sentimientos, deben ser leídos, en el andamiaje significante, junto a lo imaginario y lo real que anuda, ya que es a partir del deseo del analista que un sujeto encuentra una oportunidad para que cada quien pueda a partir del análisis de ese signo hacer un decir, de ese “aburrimiento” “angustia” “ansiedad” construir, de ser posible, una pregunta en la ficción del amor de transferencia a partir del discurso analítico una apuesta amorosa que facilite una nueva invención que subvierta no solo al sujeto en su posición femenina o masculina sino además al discurso de la cultura y su malestar.

 

 

 Bibliografía

1.- Diccionario Internacional de Psicoanálisis. Bajo la dirección de Alain de Mijolla. (2002) Tomo I, pág. 40. Ediciones Akal. 2007.

2.- Textos freudianos sobre los “afectos” sugeridos:

Manuscrito E “¿Cómo se origina la angustia?” (1894 – 1895).  Volumen I. Págs.: 228 – 234. Sigmund Freud. Obras completas. Ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboración de Anna Freud. Amorrortu Editores. 1 Edición 8° Reimp. – Buenos Aires. 2006.

Sobre la justificación de separar la neurastenia un determinado síndrome en calidad de “neurosis de angustia”. Págs.: 85 – 89.Volumen III. Sigmund Freud. Obras completas. 2006. Op. Cit.

Inhibición, síntoma y angustia (1925 – 6). Volumen XX. Sigmund Freud. Obras completas. 2006. Op. Cit.

3.- Freud Sigmund: Estudios sobre la Histeria (1893 – 1895). Págs. 208, 250 y 252. Volumen II. Sigmund Freud Obras Completas. 2006. Op. Cit. Freud denomina el “martirio del aburrimiento”, debido a que dicha monotonía martiriza al sujeto,  una monotonía significante, de su estado, en sus pensamientos, un apagón deseante, un cuerpo que se torna plomizo, una vacuidad generalizada, una indiferencia que lo deja al sujeto inerme.

4.- Lacan J. A.: El Seminario de Jacques Lacan X. La Angustia (2004) Clase I La angustia en la red de los significantes. Pág. 23. 1° Edición Buenos Aires. Editorial Paidós 2006.

5.- Los textos de J. Lacan sobre el afecto del aburrimiento sugeridos:

. Seminario 5 Las formaciones del inconsciente (1957 – 1958), Metáfora paterna, clase 9, del 15 de enero de 1958, pág. 179, 182,  Editorial Paidós 2003.

. Seminario 7. La ética del psicoanálisis (1959 – 1960) De la ley moral. Clase 6 del 23 de diciembre de 1959 – Pág. 101, 243 Editorial Paidós 1991.

. Seminario 26 La topología y el tiempo (1978 – 1979), Clase 9, del 8 de mayo de 1979 Lacan le cede la palabra a Alain Didier – Weil (pág. 132 135) Inédito.

.Psicoanálisis. Radiofonía  (1970) en la Primera Parte, pág. 26. Editorial Anagrama. Barcelona. 1977.

6.- Las novelas autobiográficas mencionadas:

. De Vigan Delphine: Días sin hambre (2001).Editorial Anagrama Barcelona. 2013

. Latini Cielo: Abzurdah. La perturbadora historia de una adolescente (2006) Un cuerpo imperfecto refleja a una persona imperfecta. Pág. 154 Editorial Planeta. 6° Edición 2015.

7.- Gerez Ambertin Marta: Cuando el amor no alcanza…, en la página 7 – Revista  Actualidad Psicológica Mayo (2003).

8.- Han Chul – Byung: La sociedad del cansancio. (2010) Editorial Herder. Traducción Arantzazu Saratxaga Arregi. España. 2012

 

 

                                                                          Buenos Aires, 11 de noviembre de 2017.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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